sábado, 6 de noviembre de 2010

MARTHA LUCÍA EASTMAN VÉLEZ


Martha Lucía Eastman Vélez, “Doctora Honoris Causa” por la Universidad “Simón Bolívar” de Barranquilla y Embajadora Mundial de la Paz, nombramiento recibido del Círculo Universal de los Embajadores de la Paz Suiza/Francia, ha recorrido todas las disciplinas de la cultura, la etiqueta y el buen proceder sin reservas de ninguna índole. Su fuerte es la etiqueta y es así como logró levantar un prestigio que lleva su nombre y el de su ciudad, Pereira, en un mercado tan competitivo como el de los vinos y las buenas maneras. Con todo, después de muchos años en estas lides ha logrado posicionarse como una de las autoridades con más predominios en el universo del protocolo y las finas maneras. Ha dictado infinidad de seminarios, talleres y cursos sobre Gestión Cultural, Gastronomía y Turismo. Conferencista sobre temas de Etiqueta, Turismo y Glamour a nivel nacional e internacional. Organizadora y Directora de nueve versiones de la “Feria Internacional del libro, la Cultura y las Comunicaciones del Eje Cafetero”, sede Pereira. Organizadora y Directora de diez versiones de la “Vitrina Gastronómica, Agroalimentaria y Turística del Eje Cafetero, Nacional e Internacional”, sede Pereira. Fundación Universitaria del Área Andina. Fundadora y Directora de XIV “Cruzadas de Artistas de la plástica del Eje Cafetero”. Fundadora de las siguientes Cofradías de la Buena Mesa:

De Colombia. 1983 – 2003
Capítulo Antioquía. 1994
Del Club Rialto de Pereira. 1994
Capítulo Cartagena. 1995
Gorros Blancos de Pereira. 1995
Círculo del Buen Comer. 1995
Etiqueta y Cocina. 1994
Amigos de la Gastronomía. 1995
Tiene seis publicaciones sobre Etiqueta, Protocolo, Glamour y Cocina (18 mil ejemplares).

Nota: La Fundación Universitaria del Área Andina homologó su libro “Etiqueta y Cocina” como texto de consulta para ingenieros y demás carreras similares.

Condecorada por la Embajada de Colombia en Nueva Delhi – India, con la “Mención de Honor” como reconocimiento a su trabajo cultural.
MENCIÓN DE HONOR, concedida por el Ministerio de Desarrollo, por su aporte a la unión y desarrollo de nuestros países.
ORDEN ACADÉMICA SIMÓN BOLÍVAR, la más alta distinción que la Universidad Simón Bolívar conce de a sobresalientes personalidades en los campos intelectual, académico, universitario y político. Barranquilla, agosto 25 de 1999.
RECONOCIMIENTO ESPECIAL POR SU LABOR CULTURAL EN LA CIUDAD, otorgado por el Concejo Municipal de Pereira, agosto 12 de 2004.
Designada como Miembro Honorario de la Sociedad Bolivariana del Magdalena, el 24 de julio de 2005, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, Santa Marta, departamento del Magdalena.
LA ORGANIZACIÓN DE ASOCIACIONES DE PERIODISMO IBEROAMERICANO KONRAD ADENAUER STIFTUNG, la condecora por su invaluable labor en favor de la cultura (2001).
MIEMBRO HONORARIO DE LA ACADEMIA COLOMBIANA DE HISTORIA POLICÍAL CAPÍTULO RISARALDA, en el año 2008.

Ha fundado las siguientes Organizaciones Culturales:
Parnaso Literario – Eje Cafetero 2002 a la fecha.
Sociedad Bolivariana Ciudad Pereira 2000 a la fecha.
Academia Pereirana de Historia 2000 a la fecha.
Cruzada de Artistas del Eje Cafetero 1996 a la fecha.

HISTORIA DEL PROTOCOLO


Si algo ha hecho evolucionar al hombre, en su concepto de civilización, amén de los inventos, ha sido la educación. Al respecto, desde los tiempos más remotos se conoce el régimen de pautas sociales y normas de comportamiento. Aunque todas estas reglas las encontramos a lo largo de toda la historia, hay un hecho definitivo y claro que nos da un punto de partida importante: la creación de la corte. Esto dará un auge definitivo a las buenas maneras.
La nobleza, se comentaba en aquellas épocas, no se llevaba solamente en la sangre, sino en la forma de comportarse ante el Rey y ante el pueblo. Un hecho que debemos tener siempre presente en nuestra vida. Se puede ser rico, culto e incluso un genio, pero todos somos personas y hay que comportarse educadamente con los demás. El auge de las buenas maneras era glosado por trovadores y novelas de caballería, donde se daban consejos sobre cómo ser una dama o un caballero educado.
Entre los libros publicados cabe destacar “El Cortesano” de Baltasar de Castiglione, un punto de referencia en el mundo de las buenas maneras. Podemos decir, que fue el primer libro con profusa información sobre el comportamiento del bien educado. En él se hace referencia, de forma detallada, a muchos aspectos del protocolo de aquella época.
Aunque muchas de las reglas allí consignadas, hoy por hoy son obsoletas, la buena educación nunca pasa de moda. Ser educado no es una moda, es algo inherente a nuestra condición humana. Nos hace más libres y más tolerantes.
Ser educado, lo repito, no es una moda, aunque algunos piensen lo contrario. Ahora bien, tampoco se debe abusar y caer en la pedantería. Todos los excesos son malos. La buena educación abre muchas puertas y pregona mucho de las personas. Dice una conocida frase de Talleyrand, Príncipe de Benevento: “Sólo los tontos se ríen de la buena educación”. Hay que ser natural en los modales y no forzarlos. Una frase que será muy utilizada: si no sabe, es mejor no fingir (puede caer en un ridículo espantoso); observe al resto de la gente cómo se comporta (o lo que es lo mismo “donde fueres haz lo que vieres”, aludiendo a la capacidad de observar cómo se comportan el resto de personas).
Y en cualquier caso, siempre es mejor preguntar discretamente, que actuar por nuestra cuenta, a riesgo de hacerlo mal, pues las costumbres son muy diversas y podemos “molestar” sin darnos apenas cuenta. Lo que para algunas culturas tiene un determinado significado, para otras puede resultar totalmente extraño, pero no por ello debemos dejar de actuar de un modo respetuoso. Un talante abierto nos permitirá actuar en cada ocasión de la forma más adecuada. Precisamente el protocolo trata de aunar esfuerzos para que estos “problemas” no surjan en grandes actos o eventos con diferentes culturas y participantes. Pero entrando al protocolo de la buena mesa: Víctor Hugo, el autor de “Los Miserables”, decía que los manjares por él servidos recibían más alabanzas que sus novelas. Eso era porque sabía comer bien, con etiqueta.
Sin embargo, hoy los modales, a la hora de tomar los alimentos, pueden parecer chocantes, a pesar de que existen reglas básicas que se toman en cuenta, por ejemplo, para una comida de negocios.
Algunos ejemplos con la historia en la mano.
La Biblia, el libro clásico por excelencia, nos da la regla de oro del protocolo: “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. Nos presenta, además, hechos contundentes sobre el eficaz sentido del ceremonial, como son: el hospedaje brindado por Abraham a los tres jóvenes que llegaron a su casa de paso para la destrucción de las cinco ciudades nefastas. El tratamiento que José, el hijo de Jacob, da a sus hermanos en Egipto, cuando ellos fueron a comprar trigo.
El Éxodo nos describe con lujo de detalles el ceremonial de la Cena Pascual, se habla del menú, el traje, la forma de comer, lo que se debe decir, etc.
En el Libro Primero de los Reyes se narra la visita de la Reina de Saba al Rey Salomón.
Los libros sapienciales dan normas muy específicas de comportamiento, los mandamientos de la ley de Dios nos ordenan “Amar al prójimo como a nosotros mismos”.
El Nuevo Testamento relata la visita de los Reyes Magos cuando van a adorar al Salvador del mundo, se postran ante él, porque un rey sólo se postra ante otro rey y le ofrecen presentes: oro, incienso y mirra.
San José, esposo de María, la madre de Jesús, es el patrono de los diplomáticos, es ejemplo de prudencia y discreción. Declarado como tal por S. S. Juan XXIII.
Dentro de esta saga de esmeradas normas sobre la conducta en la mesa y en relación con otras actividades sociales del hombre, llegamos a los días contemporáneos, donde tales principios tienen aún su rigor, su valor esencial, a pesar de los cambios impuestos a nombre de ciertas modas, muchas de ellas absurdas, contradictorias, por no decir que marcan un retroceso para la venturosa convivencia.
En torno de las reglas más constantes, es que he elaborado el presente libro, con el ánimo de que sirvan a todas aquellas personas que comparten conmigo el valor que encierra el ser cortés, discreto y esmerado en sus acciones sociales, sin olvidar que en la mesa celebramos cotidianamente un rito con sus nobles normas.

EL ARTE DE LA ETIQUETA DE MESA


A pesar de los cambios que periódicamente se observan en los hábitos sociales, desde la anti - güedad fue preocupación del hombre establecer ciertas normas o principios que regularan e hicieran más amable su concepto de convivencia, en especial para el acto de recibir, atender e invitar a los amigos, inclusive en el ambiente más reducido del círculo familiar.
Para algunos estudiosos del tema “El código de las buenas maneras del comensal” se estableció, de una manera ya concretamente formulada, en el siglo XVI en la Francia de Enrique III, el rey, inteligente, afable y burlón, que gustaba mezclar las delicias de Venus con las del Lúculo. Fue aquella la época en la que los grandes banquetes conocieron un ordenamiento más severo y para las mesas que pretendían dar ejemplo de magnificencia, buen gusto y delicadeza.
Y desde entonces muchos métodos se han empleado o modificado, pero sin perder el objetivo de darle esplendor o atractivo al actor de recibir, tal vez porque son constantes que embellecen la cultura social sin marchitarse. La acertada observancia de tales principios, demuestra los grados de la buena educación, el sentido de la elegancia y la eficacia de la sensibilidad, para crear en torno de la amistad expresiones del noble trato.

ORGANIZACIÓN DE EVENTOS



Esmero en la selección de los invitados:

El primer cuidado que debe tenerse en cuenta a la hora de convidar es evitar reunir a personas que, por una o por otra circunstancia, no están bien avenidas, o existan entre ellas desagradables discrepancias que podrían afectar la cordialidad del ambiente. No hay que olvidar que en ésta clase de reuniones lo esencial es que éstos discurran dentro de un auténtico placer y no como una molestia. Es una forma que viene desde la noche de los tiempos, la cual sigue vigente como expresión del tacto, hasta el extremo que, en algunas ocasiones, es usual dirigir las invitaciones, dar el nombre de los otros posibles asistentes para prevenir encuentros enojosos. Se abre así la puerta para los demás de manera que alguien decline la invitación invocando cualquier pretexto que justifique la excusa.
Es aconsejable, por lo demás, que los invitados, hasta donde fuera posible, sean afines o que, aunque de actividades profesionales diferentes, puedan establecer un diálogo de interés cultural o humano, que animaría el curso de la reunión. Es decir, que un político puede interesarse en la labor de un científico o en la creación de un artista; un médico por trabajos de un humanista, e inclusive un arquitecto por las aventuras de un navegante.

INVITACIONES



Lo correcto es dirigir las invitaciones al menos con dos semanas de anticipación indicando en la tarjeta el motivo, la fecha y la hora de la asistencia. Si se trata de un acto formal que exige traje especial, se indicará al lado izquierdo, en la parte baja, escrita a mano con tinta negra.
Las normas actuales, salvo que se trate de banquetes oficiales o de alta jerarquía, que exigen un protocolo más estricto, tienden a ser descomplicadas y dirigidas hacia la sencillez; pero sí requiere de cierto orden. Todos nosotros entonces, en alguna oportunidad, hemos de atender invitados a nuestra mesa, formal o informalmente, bien por el compromiso matrimonial de una hija, ya por la distinción hecha a un familiar o amigo, o por aniversario de bodas o por el ser querido que retorna de un largo viaje. En fin, los motivos para recibir y agasajar son muy diversos y siempre comprometen nuestras preocupaciones por lo que es pertinente observar determinados preceptos de cortesía, derivados de la experiencia y la sabiduría social, para salir con un buen paso de éste trance.
Para efecto de los puestos y organizaciones de mesa o mesas, en la parte inferior, a la derecha debe escribirse R.S.V.P (S´il vous plait: Responder por favor) o S.R.C. (Se ruega contestar).
Como los afanes de nuestra época tienden a la simplificación de muchos usos, ya es costumbre, sin que se considere contrario a la cortesía o ceremonial, anunciar la invitación por teléfono y si los invitados aceptan, se les envía la tarjeta, no sin anotar en la parte superior de la misma “para recordar” o “pro memoria”. En éste caso debe tacharse R.S.V.P o S.R.C., ya que se ha respondido por el teléfono.

MENÚ


La palabra menú proviene del francés y de acuerdo con el Diccionario Inglés de Oxford significa “Lista detallada de platos que van a servirse en un banquete o comida”.


¿QUÉ DEBEMOS TENER EN CUENTA PARA ALMUERZOS Y CENAS DE
PROTOCOLO?

Un menú bien balanceado debe tener platos fríos y calientes. En las recetas que se han escogido no se deben repetir los ingredientes. Por ejemplo, entrada de tomate a la mozarella y luego tomates rellenos con verduras en el plato principal.
Nunca se debe hacer una sinfonía en blanco en una comida, es decir servir una sopa con crema el primer plato, el segundo plato a base de crema y finalmente el postre con crema Chantilly.
El menú debe ser variado. Se debe evitar que todo esté dulce, que todo esté picante. Cuando el menú es para varias personas, debemos tener platos preparados de antemano o que sólo requieran hornear, calentar, o decorar a ultima hora.

APERITIVOS


Conviene que el anfitrión se provea las bebidas alcoholicas y/o aperitivos que se van a ofrecer antes de la comida, cabe mencionarse entre otros, Whisky, Vodka, Ginebra, Ron, Aguardiente, Vermouth, Oporto, Campari, Dubonet y Jerez. Así mismo, debe proveerse de agua, agua mineral, bebidas mezcladoras como cola o ginger, hielo suficiente, sin olvidar, para las personas reacias al alcohol, los jugos o para mezcladores para los posibles licores.
Una vez esté reunida la mayor cantidad de los convidados se procede a circular los diferentes aperitivos. Los meseros llevarán servido el Whisky sin que falte el hielo; en copas adecuadas, Jerez, Oporto, etc. También se podrían ofrecer algunos jugos en vasos medianos y lo que se llaman “pasabocas” o “picadas” como almendras saladas, aceitunas, cebollitas, canapés, etc., aconsejándose, en todo caso, que sea en cantidades discretas. Inclusive en muchas oportunidades se ha venido suprimiendo esta costumbre para no afectar las perspectivas de la comida.
Es hábito muy extendido el tomar aperitivos antes de comer. Actualmente se acostumbra que en vez de tomar un trago fuerte, Whisky, Martini, Cuba Libre, etc., se tome una copa de Jerez, Champaña o del vino que se vaya a tomar con la comida.