sábado, 6 de noviembre de 2010

EL ARTE DE LA ETIQUETA DE MESA


A pesar de los cambios que periódicamente se observan en los hábitos sociales, desde la anti - güedad fue preocupación del hombre establecer ciertas normas o principios que regularan e hicieran más amable su concepto de convivencia, en especial para el acto de recibir, atender e invitar a los amigos, inclusive en el ambiente más reducido del círculo familiar.
Para algunos estudiosos del tema “El código de las buenas maneras del comensal” se estableció, de una manera ya concretamente formulada, en el siglo XVI en la Francia de Enrique III, el rey, inteligente, afable y burlón, que gustaba mezclar las delicias de Venus con las del Lúculo. Fue aquella la época en la que los grandes banquetes conocieron un ordenamiento más severo y para las mesas que pretendían dar ejemplo de magnificencia, buen gusto y delicadeza.
Y desde entonces muchos métodos se han empleado o modificado, pero sin perder el objetivo de darle esplendor o atractivo al actor de recibir, tal vez porque son constantes que embellecen la cultura social sin marchitarse. La acertada observancia de tales principios, demuestra los grados de la buena educación, el sentido de la elegancia y la eficacia de la sensibilidad, para crear en torno de la amistad expresiones del noble trato.

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