sábado, 6 de noviembre de 2010

ORGANIZACIÓN DE EVENTOS



Esmero en la selección de los invitados:

El primer cuidado que debe tenerse en cuenta a la hora de convidar es evitar reunir a personas que, por una o por otra circunstancia, no están bien avenidas, o existan entre ellas desagradables discrepancias que podrían afectar la cordialidad del ambiente. No hay que olvidar que en ésta clase de reuniones lo esencial es que éstos discurran dentro de un auténtico placer y no como una molestia. Es una forma que viene desde la noche de los tiempos, la cual sigue vigente como expresión del tacto, hasta el extremo que, en algunas ocasiones, es usual dirigir las invitaciones, dar el nombre de los otros posibles asistentes para prevenir encuentros enojosos. Se abre así la puerta para los demás de manera que alguien decline la invitación invocando cualquier pretexto que justifique la excusa.
Es aconsejable, por lo demás, que los invitados, hasta donde fuera posible, sean afines o que, aunque de actividades profesionales diferentes, puedan establecer un diálogo de interés cultural o humano, que animaría el curso de la reunión. Es decir, que un político puede interesarse en la labor de un científico o en la creación de un artista; un médico por trabajos de un humanista, e inclusive un arquitecto por las aventuras de un navegante.

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